Tradiciones en Michoacán existen muchas, pero el tocar música purépecha es algo que no se escucha tan comúnmente, tal vez en alguna fiesta de alguna comunidad alejada de la capital, o en una noche con amigos, las personas que lo saben hacer se dedican a amenizar la noche, pero ver que jóvenes se dediquen a la música purépecha por placer, por hobbie y que además lo hagan de manera profesional, pocas veces se ve, tal como lo hace el grupo moreliano Nana Kutzi. «Empezamos en la prepa, nos juntamos tres amigos y un señor que ahí trabajaba, eso en 1998 y lo seguimos haciendo sólo por gusto, no por dinero», aseguró César Chávez Ruiz, integrante del grupo.
Cuatro son los integrantes del grupo, los cuales desde siempre han tenido un acercamiento con lo que es la cultura purépecha, no sólo con la música, de ahí nació su interés y curiosidad por hacer algo de manera más profesional, como es el tocar la música purépecha ya como un grupo bien establecido. «Nos gustó la música purépecha por una balona que escuchamos en Apatzingán, sabemos también bailar danzas, la verdad es que desde siempre estábamos muy inmersos en la cultura purépecha, por ejemplo Beto es indígena, Pacho y yo descendemos de gente indígena, así que desde niños escuchábamos ese tipo de música, por eso nos llamó la atención», aseguró Chávez.
Todo empezó como un juego, los integrantes del grupo estudiaban juntos en la misma preparatoria y el señor Gilberto Vera era trabajador del lugar. «Tal vez la idea nació en un plática en el baño», comentó César, entre risas. «Ninguno sabíamos tocar un instrumento porque lo hayamos estudiado, simplemente que nos interesó la idea de poder realizar un grupo, empezamos con una rondalla como la hacen la mayoría de los chavos, pero luego decidimos que sería mejor hacerlo de música purépecha, porque era algo con lo que nos sentíamos identificados y nos gustaba, luego de que vimos la actuación de un grupo que tocaba esa música, pensamos que sería interesante hacer algo así y nos pusimos a jugar con la música», aseguró el violinista.
A partir de entonces, Nana Kutzi siguió adelante interpretando música purepécha en todos los lugares a donde fueran invitados, los primeros sones los sacaban de grabaciones que ya existían. «No hay mucha competencia, ni rencores, ni envidias, por lo mismo sí te pasan los sones, la gente dice que entre más haya personas que toquen esto es mejor, porque nunca se va a olvidar, algunos otros sones los sacamos de maestros de alguna comunidad, alguien nos dice que fulanito toca sones y vamos y le preguntamos, él lo toca y nos enseña», comentó César, tras mencionar que poco a poco el grupo se fue haciendo de sones y balonas, hasta llegar a realizar producciones propias.
El violín, la vihüela, la guitarra y el bajo son los instrumentos que estas cuatro personas hacen tocar para el placer de quien los escuche, todo con el fin de dar a conocer este tipo de música, no sólo en el mismo interior del estado, sino en toda la República, e incluso en algún otro país. «Nos hemos presentado en aproximadamente 110 municipios de aquí del estado, en muchos otros estados también y ahora vamos a Estados Unidos y a Europa, a llevar la música tradicional de Michoacán».
Para Nana Kutzi o Madre Luna en castellano, es muy importante hacer lo que hacen, porque para ellos es una forma de contribuir en dar a conocer este tipo de música, la forma tradicional de vestir, los bailes, entre otras cosas, además de asegurar un poco el que no se pierdan tradiciones, como es el crear, tocar, escuchar y bailar la música purépecha. «La gente no conoce mucho la música purépecha, la mayoría de los grupos que existen en las comunidades indígenas son de campesinos y cuando ellos quieren tocar tienen que dejar su trabajo, y lamentablemente la cultura no es muy bien pagada en nuestro país, por lo que a ellos no les conviene hacer música, nosotros no tenemos ningún problema porque sabemos que si dejamos el trabajo unos días éste no se va a caer, o no vamos a perder nuestra cosecha por ejemplo, como a ellos les podría pasar, entonces nosotros no tenemos problemas».
Hacer las presentaciones de forma dinámica, contando chistes o cantando las balonas, que son historias en doble sentido, y durante un tiempo más o menos adecuado, para no aburrir al público, es lo que propone Nana Kutzi, para poder acercar e interesar más a la gente en este tipo de música, y así lograr que esta tradición no se olvide y se pierda en el pasar de los años.
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